Por Rodolfo Franco

La cita corresponde a una charla que sostuvo López Obrador en el cuartel de la guardia nacional en Tepatitlán, Jalisco en febrero del año 2020, ahí los instruyó a respetar los derechos humanos de los delincuentes, no habló de la necesidad de proteger a las víctimas y su derecho a la paz y tranquilidad, estaba centrado en los derechos de los malhechores porque sabía lo que se venía -una guerra con licencia expedido en palacio- el año anterior en su gobierno se cometieron mismo número de homicidios dolosos que en el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto.

Hoy el sexenio de López suma más muertes por la guerra de los cárteles, que todos los registrados en los sexenios de Calderón y Fox, incluso rebasó a Peña Nieto, que fue el que más homicidios registró, ‘México es el infierno’ confirmó el Senador Germán Martínez al referirse a la ‘política de abrazos no balazos’ y siguen sumando, porque presumiblemente López pactó con el Cártel de Sinaloa desde que fue candidato presidencial en el año del 2006, según el más reciente libro publicado por la periodista Anabel Hernández; “La Historia Secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa”.

Las revelaciones de Anabel tiene sustento en copias de los expediente criminales, entrevistas con testigos y sobre todo, con el material que ha sido utilizado en el juicio en contra de Genaro García Luna, el súper policía que trascendió sexenios. Hoy López está siendo mencionado e investigado por agencias de combate al crimen norteamericanas, aparece como un aliado político del cártel más antiguo de México ‘Sinaloa’.

Las menciones de Anabel en su libro cobran fuerza cuando el presidente hasta el día de hoy ha visitado Badiraguato, tierra del cártel en seis ocasiones y se siente cómodo ahí, dice que lo respetan, incluso se ufana de que en los retenes no lo detienen y respetan a su gente; «Hay casos en donde detienen a alguien de los que trabajan en las comunidades, algún grupo de la delincuencia, pero como usan un chaleco ya los identifican y los respetan», su presunción la espetó en mayo del año 2023, un año después, su corcholata era detenida en un retén por hombres encapuchados, pobladores que se habían constituido en auto defensas para enfrentar al crimen organizado, por estar presente un reportero de la empresa de comunicación Latinus durante el bloqueo a la candidata, el presidente dijo que era un montaje, pasados los días ante las evidencias de ser un hecho cotidiano en comunidades, municipios y estados de todo México, calló, olvidó que el mismo contó un anécdota sobre un funcionario que recibió un reclamo en un retén instalado por los criminales, porque la abuela de uno de ellos no recibía los beneficios de alguno de los programas sociales, ahí se ufanó de la consideración de los narcos a los mal llamados siervos de la nación.

El libro de Anabel sí alborotó el avispero, pasamos de la presunción de un narco gobierno y el hashtag narco presidente, a la documentación de las reuniones y aportaciones de dinero del Cártel de Sinaloa a López Obrador, 25 millones de dólares a la campaña del año 2006, revela el financiamiento por parte de ‘La Barbie’ (narcotraficante) al plantón de Reforma, pagaban gente por estar ahí y los proveían de comida.

En mayo del 2020 López Obrador mencionaba el caso de García Luna y alababa a Anabel Hernández; “.. ha hecho trabajos de investigación de primer orden, es una profesional del periodismo y valiente, es un mujer excepcional”, hoy que lo menciona la descalifica.