Por Rodolfo Franco

Activo y en pleno movimiento político el ex gobernador Martín Orozco y su gente afín realizan activismo político, en su inagotable sed de continuar en el poder, nuevamente busca oportunidad para seguir abusando del presupuesto público, traficar con el poder o bien obtener información para armar sendos negocios. Tolerante y prudente, hasta hoy paciente, la gobernadora no ha interferido en su activismo, pero en las reglas no escritas de la política, ex gobernador no manda en gobernador. No existe liga que de tanto estirarse no llegue a reventarse.

Custodio que he sido de la memoria colectica, vale la pena hacer recordar el despojo de terrenos municipales cometido por el ex gobernador y entonces presidente municipal Martín Orozco Sandoval al patrimonio de la capital de Aguascalientes en el año 2007, crimen que hoy lo tiene sujeto a un proceso penal acusado del delito de ejercicio indebido del servicio público y tráfico de influencias.

Orozco Sandoval valiéndose de la aprobación del cabildo, logró permutar un terreno propiedad del municipio de Aguascalientes cercano al Relleno Sanitario de San Nicolás, para ser trasladado a la asociación civil denominada Fruideo, donde son socios Martín Orozco y su familia, tres años después fue denunciado, se abrió expediente se realizaron las investigaciones y le fue dictado el auto de formal prisión, prisión que ha librado merced a un amparo.

Siendo diputada Anayeli Muñoz Moreno, lo acusó de haber robado propiedades municipales cuando fue alcalde de Aguascalientes entre los años 2004 y 2007, “terrenos que fueron a parar a manos de sus hijos, de su esposa, de su cuñado y hasta del actual director de Ccpaama (Evaristo Pedroza Reyes)” dijo en tribuna.

El robo a la casa del ex gobernador Orozco es un epítome de un sexenio de corrupción, así lo documenté y publiqué; “Fue el treinta de septiembre del 2018 cuando se inició una historia trágica para la policía ministerial de Aguascalientes que hasta ahora ha dejado como saldo un ‘suicidio’, un desaparecido, un prófugo y cuatro agentes ministeriales presos”.

Mi revelación que causó impacto nacional establece como punto de partida la residencia de Martin Orozco, en donde José Francisco Espinoza Huerta alias “El Doce” o “El Pepenador” y su cómplice, un sujeto conocido con  “El Wicho”, ingresaron al domicilio para sustraer varios objetos de gran valor, cuyo monto se estimó en 3 millones de pesos, objetos entre los que se encontraban un juego de costosas plumas de Oro, que serían clave para el desarrollo de la investigación que desencadenaría en tragedia, la desaparición forzada del famoso pepenador, y el homicidio disfrazado de suicidio del Comandante Rojo, juicio que podría llevar a la cárcel al ex gobernador, por haber, presuntamente ordenado la desaparición del pepenador.

A los crímenes mencionados se suman diversas las denuncias que presenté en contra de diferentes funcionarios del grupo de Martín Orozco, por los presuntos delitos cometidos al desfalcar al erario por 510 millones de pesos, resultantes de las auditorías realizadas por el Órgano Superior de Fiscalización de Aguascalientes (OSFAGS) al Instituto Estatal de Seguridad Pública, la Secretaría de Obras Públicas del Estado, el Sistema de Financiamiento de Aguascalientes, la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial y la Coordinación de Movilidad.

Otro indicador de la corrupción de ese sexenio son las cifras duras, las correspondientes a las denuncias interpuestas en la Fiscalía del estado; El narcomenudeo creció en un 2,099 por ciento, el secuestro un 140 por ciento, y los homicidios dolosos un 89 por ciento.

El grupo de Martín, afines y seguidores, o son compinches o vulgares ambiciosos y no los debemos dejar llegar de nuevo.

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