¿La Marcha del Ardor o la Marcha del Temor?

“La corrupción es como las llaves de un lavadero, son muchas llaves individuales, pero todas se unen por debajo”
Gustavo Gorriti

Aguascalientes Nacional e Internacional Opinión

Nov-21-2022

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¿La Marcha del Ardor o la Marcha del Temor?

 

Rodolfo Franco

El domingo 27 de noviembre el presidente López Obrador convocó a sus seguidores y fanáticos a una marcha en defensa de la transformación, sin poder entender ni propios y extraños qué es la cuarta transformación, porque solo se ha visto la destrucción de las instituciones, el ataque consistente para desaparecer los organismos autónomos y el debilitamiento de los poderes pares que le entorpecen sus locuras, caprichos y ocurrencias.

En realidad la marcha es la marcha del ardor, deja su investidura de presidente para convertirse en agitador de un grupo afín a su gobierno, quien parapetado en la estructura omnímoda del poder presidencial responderá a la sociedad que le arrebató las calles para marchar en defensa de una institución que organizó la elección y le reconoció su triunfo, institución que quiere desaparecer para sumarla a su férula de control político.

El presidente abusa de su poder para enviar la ‘invitación’ a quienes deben participar, porque en su obtusa concepción del país, el que no esté con él, está contra él.

La desesperada medida del mandatario es contradictoria a su presumida popularidad y aceptación mayoritaria de su proyecto ¿qué sentido tendría sacar a la burocracia y gobernadores morenistas a marchar si está seguro de las preferencias ciudadanas a su proyecto?

Quitarse la investidura presidencial para regresar a su pasado de agitador callejero exhibe un trauma o un temor; le dolió, le caló o se sintió derrotado al observar que casi cinco años de conferencias matutinas, siete mil ofensas a quienes no piensan como él y ochenta mil mentiras no pudieron contener a los ciudadanos que salieron en defensa de su institución, tomando los espacios que antaño conquistó y lo llevó  a la presidencia o, el presidente está consciente que de los 30 millones de votos que obtuvo en la elección se devaluaron a la mitad, lo que no le garantiza a su delfín ganar la próxima elección.

El presidente sucumbió ante los mismos males que tanto criticó; la corrupción, el nepotismo, el amiguismo, el influyentísimo, la opacidad y la traición a los ideales de una revolución de las conciencias.

López ofreció y no cumplió, tenemos el peor sistema de salud, la inseguridad se agravó, la economía declinó, la educación reprobó, la pobreza se incrementó, la inversión se ahuyentó, la infraestructura colapsó, la ciencia se apagó, la tecnología se extinguió, al pueblo lo dividió, a la oposición la ofendió, a la religión la atacó, la militarización se encumbró, la mentira creció y su familia enriqueció.

El presidente es un hombre maniqueo, invoca al pueblo bueno y sabio, al que lo alaba por recibir la dádiva gubernamental que se paga con los impuestos para que acudan a la marcha del ardor, pero a los que le ganaron la calle días antes les endilga invectivas de “Hipócritas, Racistas, Clasistas, Corruptos, Aspiracionistas, Déspotas, Rateros, Deshonestos, Simuladores, Ladinos, Sabiondos”, para terminar doliéndose y lamentándose de la agresión verbal de una señora que concurrió a la marcha.

Doxa; El presidente solo exhibió su ardor o su temor.

 

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