No Importa que se Vaya o se Quede Veolia
“Si es Veolia o el municipio quien opere, al ciudadano solo le interesan tres cosas; Tener agua, de calidad y a buen precio”.

Por Rodolfo Franco
En octubre del próximo año la empresa concesionaria de agua del municipio de Aguascalientes, la trasnacional Veolia, tendrá que retirarse de Aguascalientes porque a solicitud que realizó al municipio de la capital para de continuar en la operación del título de concesión, Tere Jiménez entonces presidente municipal rechazó la petición y le manifestó que tendría que entregar los bártulos en octubre del año 2023.
Hoy es presidente municipal Leo Montañez, y ha sostenido la decisión de Tere, Veolia se tiene que retirar. Las razones son las mismas, la concesionaria no ha cumplido a cabalidad con la prestación del servicio, existen quejas por doquier y la percepción que tiene la ciudadanía de la empresa es mala.
Solo que detrás de la decisión de cancelar la concesión conlleva problemas que deberán resolverse en muy corto plazo, veamos: La concesión otorgada en una administración del PRI dio pie a que años después el PAN conquistara la presidencia municipal de la capital, la primera de las presidencias que ganó y la más codiciada, aunque fue el mismo partido el que extendió la concesión por diez años.
El agua se convirtió en bandera política y no dejará de ser. El partido de oposición Morena, al contender hace un año por la presidencia de la capital, tomó también la bandera del agua como bandera política.
A lo largo del título de concesión han aparecido luchadores sociales buscando combatir los abusos en contra de la ciudadanía por la mala prestación del servicio y tarifas altas, se han registrado plantones, marchas y reiterados discursos en torno a la concesionaria, y la permisibilidad de las administraciones para con ella, incluso se menciona en los corrillos de café sobre el financiamiento a las campañas políticas por parte de la empresa.
Lo que es indubitable es el hartazgo del ciudadano por la prestación de un servicio deficitario, que por más esfuerzo que realizan las administraciones municipales y la empresa, la percepción sigue siendo mala, pues mientras que el 80 por ciento de las colonias tenga agua, con una casa o colonia que padezca la sequía la buena imagen se acaba.
Tomar el municipio las riendas de la operación del agua será tarea titánica, no cuenta con la tecnología, la infraestructura, el personal experimentado y sobre todo los recursos económicos, vamos no existe ni partida presupuestal fuera de la que Ccapama maneja, por otro lado preparar una convocatoria, licitar, asignar y comenzar a operar en doce meses es casi imposible.
La alternativa planteada por Leo Montañez para sortear los obstáculos es la del esquema mixto, en donde el municipio y una empresa constituyan un ente que opere el sistema, al municipio le corresponderá el cobro y la administración, al particular invertir en la infraestructura, tecnología y equipo para la operación. La propuesta es viable, porque será el municipio el rector del sistema, lo que no sucedió con el bodrio del Consejo Ciudadano llamado Ccapama, que fue altamente permisible con la empresa concesionaria. Sin embargo la propuesta deberá cerrar el círculo con el otorgamiento de las factibilidades de agua que se requieren para el permiso de uso del suelo, fue evidente que se otorgaron a diestra y siniestra, lo que ocasionó el surgimiento de fraccionamientos que hoy padecen la escases del agua y las quejas por ende se multiplicaron.
El término del título de concesión es momento para el trazo de un plan de gran calado, la ciudad creció en treinta años de concesión, las reservas de agua son las mismas y la población sigue incrementándose, se ocupa un proyecto con prospectiva no de décadas, de una centuria, donde el estado intervenga para equilibrar la zonas de futuro crecimiento en municipios alternos, gestiones para obtener los recursos económicos para la reconversión del uso del agua tratada a las zonas de regadío que ocupan tres veces el volumen de agua que ocupa la ciudad, con la oportuna captación de las aguas de lluvias y la recarga de los mantos acuíferos.
Pero finalmente al ciudadano esos temas no le interesan, porque no entiende de números, de la profundidad de extracción del agua, de los porcentajes de sales y minerales, de los kilómetros de tuberías, de la cantidad de plantas tratamiento de aguas negras, de los millones de pesos invertidos en la regeneración de las redes, eso al ciudadano poco o nada le interesaría si es Veolia, Caasa o el municipio quien opere la red del agua, al ciudadano solo le interesan tres cosas; Tener agua, de calidad y a buen precio.
La solución es simple, se llama satisfacción en la prestación del servicio.
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