Por Rodolfo Franco  Aguascalientes diciembre 2024

La adicción del hijo del presidente a los ‘vapeadores‘ motivó al ejecutivo ordenar a sus esbirros legislar para que fueran prohibidos, pero no en la ley de salud, la radical medida fue ordenada inscribirla en nuestra carta magna, es decir en la Constitución, algo por demás inusual. La fulminante orden del hombre que promovía las ‘libertades’ y presumía en sus conferencias matutinas un estribillo; ‘prohibido prohibir”, fue anunciada nada menos que en la conmemoración de la Constitución.

El ex presidente ya venía luchando contra los ‘vapeadores’ y ‘cigarrillos electrónicos’, primero mediante un decreto del año 2020 en el que se prohibía su importación y distribución, luego en el año 2022 se prohibía la venta de estos dispositivos, sin embargo su venta era abierta e indiscriminada. De acuerdo a un dato publicado, el número de usuarios pasó de 975 mil usuarios en el año 2019, a más de 1.5 millones en la actualidad derivado de amparos presentados por fabricantes y comercializadores, pero de manera creciente por el surgimiento de un mercado negro en establecimientos de comida y en el comercio electrónico.

El ex presidente no pudo al final de su mandato subir la iniciativa al Congreso a falta de mayoría calificada, de modo que heredó su propuesta a la nueva mandataria que se encuentra atrapada en las locuras, caprichos y vendettas de quien la hizo presidente, por lo que no tuvo más que aceptar, aunque solo se trató de un cortesía política el informarle del rosario de modificaciones a la Constitución, porque la encomienda estaba depositada en los dos brazos operativos con los que cuenta el de Macuspana en el Congreso, Adán Augusto y Ricardo Monreal.

Por el momento el chocoflan y millones de fumadores no podrán adquirir su vicio en las máquinas expendedoras o tiendas de conveniencia, ahora serán más costosos los dispositivos porque el mercado negro se encargará de incrementar los canales de comercialización, como sucede actualmente con los ‘vapeadores’ que tienen el holograma de las cuatro letras y se adquieren por pedido, en restaurantes y antros. O bien los viciosos regresarán al cigarrillo tradicional para no arriesgar.

Enfocados en combatir el vicio del chocoflan, ignoran los legisladores que en México el tabaquismo causa la muerte de aproximadamente 118 personas al día, vicio asociado con más de 50 enfermedades, entre ellas cáncer, enfermedades pulmonares, hipertensión, infarto y accidentes cerebrovasculares, siendo México el sexto país en América Latina en cuanto a fumadores adultos.

Y mientras le meten goles a la ‘científica’ por la sed de mantener la riendas del país por parte del verdadero dueño del poder, los porros del Congreso se enfrentan por el control del presupuesto y los jueces ‘carnales’ que cada grupo pretende tener, por eso el otro tabasqueño y jefe del clan en el Senado Adán Augusto, acusó públicamente al pasajero zacatecano del helicóptero del bienestar Ricardo Monreal, de presuntos malos manejos del presupuesto en el Senado cuando fue el mandamás, le atribuyó irregularidades por 150 millones de pesos en diversos contratos, incluso reveló que ya se habían presentado sendas denuncias ante la Fiscalía General de la República; la respuesta de Monreal a la acusación es clara y evidente de la disputa; “estas denuncias tienen un trasfondo político”.

Por si fuera poco el sainete entre los hombres del macuspano, la ex jefa de la Ciudad de México tiene que enfrentar otra herencia maldita, la galimatías de la ‘selección’ (no elección) de Jueces y Magistrados propuestos por las pandillas de la cuarta transformación, donde aparecen desde abogados legos, impresentables e innombrables.

La herencia de la ley chocoflan es poca cosa, ahora la presidenta con ‘a’ tendrá que comer sapos durante todo su sexenio por el movimiento morenista pro Andy, donde la cargada de los ‘hombres del macuspano’ son una constante incomodidad porque el junior recorre el país en calidad de heredero del verdadero poder, es a final de cuentas el hijo del mesías, Claudia es la encargada del despacho.