EL FALSO DISCURSO DE LA AUSTERIDAD EN MORENA
Lo que no has de querer, en casa los has de tener.
Ago-31-2025
106
Por Rodolfo Franco
La riqueza ni está prohibida ni es mala cuando se utiliza para generar empleo y bienestar a la comunidad, desde luego es aceptable cuando esa riqueza es producto del trabajo lícito, sin embargo, el discurso falso del partido morena es inaceptable, es falso y de doble moral.
Es falso y de doble moral pregonar una austeridad que el que la utilizó como uno de los slogans de campaña y luego como ejemplo en su gobierno, me refiero a Andrés Manuel López Obrador, en palacio nacional no la practicaba. Vivía a cuerpo de rey, rodeado de tesoros propiedad de la nación, rodeado de confort, lujos y un ejercito de personas a su servicio.
Sus testigos en redes dan cuenta de las opíparas comidas nada austeras, su guardarropa no era precisamente el de un burócrata, la numeralia de trajes, corbatas, guayaberas, abrigos y chamarras no son las acorde a un hombre austero, su deslavado discurso juarista de los gobernantes debemos vivir en la justa medianía chocó con la opulencia de su vástagos.
López Obrador, autor de la farsa de la austeridad republicana fue el principal ejemplo del gobierno rico y pueblo pobre, sin tarjeta de crédito, con 200 pesos en la cartera, un par de zapatos, sin propiedades, vivió a cuerpo de rey en su gobierno, sus hijos como príncipes; residencias en la zona más lujosa de Texas, estudiando en el extranjero no en la universidad Benito Juárez, con sociedad en empresas, dueños de una chocolatera, de fincas productoras de cacao, vacacionando en el extranjero en hoteles de lujo, en centros vacionales nacionales reservados para la gente VIP, utilizando ropa, carteras, tenis, zapatos y relojes de lujo, es la comedia perfecta para engañar a los pobres, como lo fue en Cuba, donde el ex dirigente Fidel Castro amasó una fortuna que no gastarán en sus días de vida sus herederos, o como Nicolas Maduro, dueño de la riqueza del país mientras su pueblo famélico empuña las armas para defenderse del imperialismo yanqui.
Por su parte la presidenta Claudia Sheinbaum trata de meter al redil al desbordado gabinete y militancia que exhibe viajes, lujos, comidas en restaurantes para gente poderosa con frases como “Nosotros tenemos que dar el ejemplo de que no es el consumismo, no es el ir a restaurantes, el andar viajando, el mejor ejemplo para un servidor público o servidora pública, ni andar en camionetotas…”
Ni Luisa María Alcalde, dirigente nacional de Morena logra meterlos en cintura, pese al más reciente Consejo Nacional de Morena realizado en el mes de mayo, donde se aprobaron lineamientos de austeridad, contra el nepotismo y las campañas anticipadas. Les solicitaron a los morenos que abandonaran la ostentación de joyas, autos, marcas, restaurantes de lujo; tratos exclusivos, prepotencias, eventos oficiales o privados ostentosos. Solo que están en la borrachera del poder y no hacen caso a López, Sheinbaum y Alcalde, lo de ellos es mostrar hasta donde han alcanzado los beneficios de estar en el poder.
La opulencia en la clase gobernante no es nueva, el PRI, el PAN, PRD, MC, ahora Morena, siguen siendo una vena informativa de la opulencia producto en la mayoría d ellos casos de la corrupción, riqueza hora documentada por las redes sociales, no es justificación que ya existiera, el doble daño es la hipocresía cuando se enarbola la bandera de la austeridad y no se practica.
Ni los verdaderos millonarios exhiben como los políticos de morena la opulencia, porque temen a ser víctimas de la delincuencia y porque están seguros de su personalidad que no ocupa manifestarla con vinos caros y platillos exóticos. Y para muestra un botón, el deleznable e impresentable senador petista aliado de la 4t Gerardo Fernández Noroña, que pasó de ‘jodido’ a hombre rico que disfruta presumiendo su bonanza. Ese el prototipo de la cuarta transformación.