Por Rodolfo Franco  / 7 de abril del 2025 

La agenda mediática se ha ocupado del vergonzoso espectáculo protagonizado por el partido Morena y el PRI, defendiendo al impresentable ex futbolista, ex gobernador del estado de Morelos y ahora diputado federal por el partido Morena, Cuauhtémoc Blanco, con la finalidad de no retirar el fuero que la Constitución le otorga, y no enfrentar –de momento- en la Fiscalía de Morelos la acusación por el presunto delito de intento de violación a su media hermana.

Cuauhtémoc Blanco fue arropado no solo por los compañeros de género, legisladoras de Morena le dieron el arropo y cobijo al grito de “no estás solo” y lo redujeron a una ‘vendetta política’, solo qué el actual gobierno de Morelos también es morenista. Más Blanco no está en las ‘mejores condiciones en la cancha’, ha sido señalado de tener relaciones con la delincuencia organizada, fotografías con ellos dan cuenta, también se le acusa de quebrantos a la cuenta pública.

Hoy el ‘Cua’ ha logrado sortear ‘la mala racha’ merced a la gestión de su protector hoy enclaustrado en su finca denominada ‘La Chingada’, pero la suerte no es eterna y la cancerbera del poder en palacio ya comenzó a hacer gestos al tragarse el sapo del jorobado, porque con el hecho y no con el dicho, se acredita que ‘no llegaron todas las mujeres’ solo unas cuantas a la nueva era de la igualdad, defensa de sus derechos y libres de violencia. El bochornoso espectáculo del estribillo cantado por las mujeres apoyando al impresentable demuestra la misoginia del partido guinda.

Detrás de las faldas de las empoderadas y aguerridas diputadas defensoras del ‘Cuau’, se encuentra agazapado otro impresentable, el deleznable presidente del cadáver andante denominada Partido Revolucionario Institucional (PRI), me refiero al ex gobernador de Campeche Alejandro Cárdenas Moreno, quien tiene tantas denuncias por corrupción y enriquecimiento ilícito como bótox en la cara. A mediados del año pasado la Fiscalía General de Campeche presentó una solicitud de desafuero en contra de Alejandro Moreno Cárdenas bajo la acusación de un presunto enriquecimiento ilícito.

De acuerdo con la declaración patrimonial del dirigente del PRI, tiene alrededor de 13 propiedades, entre las que destacan dos casas, 11 terrenos, así como al menos 5 vehículos de alta gama. Todo con un valor de compra de más de 12.9 millones de pesos, no acorde con sus ingresos. Por ello ‘Alito’ mandó a sus huestes priístas al rescate del soldado Blanco, el ruin apoyo tenía un propósito; ayudar a no desaforar al ex futbolista, a cambio no desaforar al Senador Cárdenas Moreno.

En ambos casos no se extingue el delito, Blanco y Cárdenas siguen acusados y tendrán que responder al término del fuero, pero para entonces otros escándalos habrán borrado los nombres de los presuntos delincuentes.

Casos de desafuero existen, el primero de ellos ocurrió en el año de 1909, siendo objeto de este proceso el diputado José López Portillo y Rojas, abuelo del ex presidente José López Portillo y Pacheco. El ejercicio del desafuero se repitió con un ex colaborador de López Portillo. Éste nombró como director de Pemex a Jorge Díaz Serrano, años después, imbuido del fuero constitucional por su encargo de Senador, fue desaforado luego de la acusación en su contra por el delito de fraude por 35 millones de dólares durante su gestión en Pemex, por la compra irregular de dos buques tanques, que según los rumores de pasillos de palacio, habría realizado por instrucciones de Margarita, la hermana de López Portillo, la entonces poderosa hermana incomoda.

Otro caso con exceso mediático fue el desafuero Andrés Manuel López Obrador en el año del 2005 cuando se desempeñaba como jefe de gobierno de la Ciudad del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México. El desafuero se dio por desacatar la orden judicial -fiel a su espíritu de violar la ley- para comparecer en un juicio por el despojo de un predio denominado ‘El Encino’ que realizó al Estado de México.

Ejemplos emblemáticos de desafueros existen solo que requiere de la voluntad política para erradicar la impunidad y las corrupción.