Crecen los Reportes de Desapariciones en las Fuerzas Armadas Mexicanas: Preocupación por la Falta de Transparencia
Para 2011, la cifra ascendió a 22 desaparecidos, y el número continuó creciendo hasta alcanzar un alarmante pico en 2014, con 130 bajas
RFInforma / Ciudad de México / sábado 10 de agosto del 2024
Redacción.-
Desde 1985, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha contemplado diversas causas para la baja de su personal, como el retiro, mala conducta y defunción. Sin embargo, en 2010, se añadió un nuevo motivo a la lista: desaparición. Ese año, se registraron los primeros ocho casos de desapariciones de elementos del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, lo que marcó el inicio de un aumento preocupante en las cifras de bajas por esta causa.
Para 2011, la cifra ascendió a 22 desaparecidos, y el número continuó creciendo hasta alcanzar un alarmante pico en 2014, con 130 bajas registradas por desaparición. De manera sorprendente, desde 2015, la Sedena no ha reportado más bajas por este motivo, lo que ha suscitado interrogantes sobre la posible falta de transparencia en el manejo de estos datos.
David Fuentes, periodista especializado en seguridad y crimen organizado, explicó en una entrevista que muchos elementos de tropa, al recibir su entrenamiento militar básico, son reclutados por organizaciones criminales debido a sus habilidades. La diferencia salarial es significativa, lo que motiva a algunos soldados a abandonar las Fuerzas Armadas para unirse al crimen organizado. Este fenómeno ha generado especulaciones sobre si algunos de estos casos de desaparición corresponden en realidad a deserciones no oficiales.
La Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos establece que la baja por desaparición se confirma si un militar permanece desaparecido por más de tres meses y su ausencia es documentada oficialmente. Sin embargo, la falta de claridad en los reportes de la Sedena ha llevado a sospechas de que la institución podría estar minimizando la gravedad de estas desapariciones para proteger su imagen y evitar el desaliento entre posibles reclutas.
Una investigación del periodista Francisco Sandoval Alarcón, publicada en Animal Político, reveló que entre 2007 y 2011, la Sedena había registrado 109 desapariciones, principalmente en zonas con alta presencia de grupos criminales como Nuevo León, Tamaulipas, Michoacán, Chihuahua y Veracruz. Sin embargo, los casos entre 2007 y 2009 no fueron incluidos en las versiones más recientes de los documentos oficiales de la Sedena.
El caso del coronel José Isidro Grimaldo Muñoz, desaparecido en 2022, es otro ejemplo de la opacidad en los reportes oficiales. Pese a haber sido secuestrado por sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), su desaparición no figuraba en la base de datos de la Sedena, lo que sugiere que la cifra real de militares desaparecidos podría ser mayor a la reportada.
David Fuentes considera que la falta de registros recientes podría ser un intento de la Sedena por ocultar la magnitud del problema y evitar el impacto negativo en la percepción pública. Según él, el aumento de la violencia en regiones como Tamaulipas, Ciudad Juárez y los límites de Chiapas en los últimos años hace improbable que no haya habido más desapariciones de militares desde 2015.
La situación plantea serias preguntas sobre la transparencia de la Sedena y la verdadera extensión del problema de desapariciones en las Fuerzas Armadas Mexicanas, una cuestión que merece una mayor atención y escrutinio público.