RFInforma / Ciudad de México / jueves 20 de junio del 2024

Redacción.-

Con las constantes olas de calor que afectan a gran parte de México, es importante saber que millones de personas que toman ciertos medicamentos podrían estar en mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con las altas temperaturas.

¿Qué medicamentos no se recomiendan tomar durante una ola de calor?
Según información del sitio especializado en meteorología The Weather Channel y de Medline Plus , algunos medicamentos comunes para la presión arterial, trastornos mentales y alergias, pueden dificultar la hidratación y la capacidad del cuerpo para enfriarse, lo cual es crucial durante las altas temperaturas.

Los diuréticos, por ejemplo, son prescritos para manejar insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o presión arterial alta, y funcionan aumentando la producción de orina para reducir líquidos en el cuerpo. Sin embargo, esto puede llevar a la falta de agua en el organismo y a un desequilibrio de electrolitos como el potasio y el sodio, complicando la regulación de la temperatura corporal.

Este riesgo se agrava durante el calor extremo, por lo que es vital que las personas que toman este tipo de medicación se mantengan muy hidratados .

Por otra parte, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE), usados comúnmente para tratar la hipertensión, pueden aumentar el riesgo de desmayos y caídas en temperaturas elevadas, además de suprimir la sensación de sed. De manera similar, los beta bloqueadores también pueden dificultar la sudoración, esencial para mantener el cuerpo fresco.

Finalmente, otros medicamentos como los bloqueadores de los canales de calcio, usados para la presión arterial, causan desequilibrios de electrolitos y dificultan la regulación de la temperatura corporal. Los antipsicóticos como haloperidol, olanzapina y risperidona son otro ejemplo de pastillas que afectan la capacidad de sudar.

¿Cuál es la temperatura máxima que soporta el cuerpo?
Investigaciones publicadas por la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos indicaron que el cuerpo humano está diseñado para mantener una temperatura constante de alrededor de 37 °C.

Sin embargo, cuando el impacto del entorno exterior se vuelve demasiado elevado, surgen problemas. Un ejemplo común es que la capacidad del organismo para disipar calor a través del sudor se ve obstaculizada por la humedad del aire y repercute en la salud del individuo.

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