Por Mar Morales. – RFInforma / Viernes 14 de junio de 2024

Parece todo perdido, pero no.

Tras la elección presidencial, y el desaliento que dejó a millones que esperaban un cambio, la realidad se hace presente: algo se transformó y no se debe parar.

El fenómeno ciudadano de la Marea Rosa que apoyó a Xóchitl Gálvez no debe quedarse abandonado a su suerte.

Xóchitl se convirtió en una líder innegable que deberá contar con todos y todas las que le dieron su apoyo y creyeron en ella con el propósito de ocupar ese espacio político que se ha perdido en el Congreso, pues no es necesario ocupar curules para defenderse ante las injusticias y atrocidades

Morena y su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, hoy ganadora indiscutible de los comicios del pasado 2 de junio, anunciaron que este fin de semana realizarán encuestas para conocer el sentir de la gente respecto al proyecto de reforma al Poder Judicial, encuestas que todos sabemos, serán levantadas en total opacidad y es algo que desde San Lázaro no se podrá frenar.

Hace falta un movimiento social fuerte y combativo que se oponga y exija en forma pacífica  transparencia en lo que hasta hoy parece ser un plan con maña fraguado desde Palacio Nacional. Nos quieren hacer creer que no sabemos nada, mejor dicho, nos quieren chamaquear.

La “marea rosa”  puede convertirse en la voz de una sociedad participativa, justa, que sea un contrapeso real, visible. Si quieren conocer el sentimiento de una nación que se dice equitativa e incluyente, esta es la oportunidad.

Ya no se puede ignorar el sentimiento de una sociedad que dijo “NO” al autoritarismo. Por eso, la figura de Xóchitl como líder y apoyada de un movimiento que no dudó en abarrotar las plazas públicas, debe ser ahora ese contrapeso para frenar los abusos. Las encuestas a modo, no.

Estamos en momentos claves para nuestra historia. Un movimiento ciudadano y pacífico como la “marea rosa” puede ser el inicio de esos cambios verdaderos que nos han prometido sin cumplirse jamás.

Quizá el futuro del país no esté en los políticos añejos y en su autoritarismo: la ciudadanía ha despertado. Pero Roma no se hizo en un día.

Xóchitl y la marea rosa son el naciente cambio para México pero hay que empezar ahora, levantar la voz y vigilar, a pie juntillas cada propuesta disparatada que nazca desde las élites del poder.

Pareciera el fin, pero es el comienzo. El verdadero reto está por iniciar.

Si se deja perder la oportunidad de levantar la voz y perder la fuerza de la ciudadanía, el error no está en el poder, está en nosotros. Que no se deje de caminar para que la justicia prevalezca, o de lo contrario, veremos pasar los años sentándonos a llorar.