Por Rodolfo Franco

La historia comenzó como todas las ocurrencias de López Obrador, alcanzar la autosuficiencia energética en materia de combustible y con ello la soberanía nacional, la anhelada independencia de otros países, lo que en el discurso suena bien, solo que su mirada estaba estacionada en el pasado.

Pemex, la principal paraestatal mexicana se encuentra sumida en la corrupción, no solo la del presente, también la del pasado, ha engullido los dineros productos de su operación y los que vienen de créditos que ha solicitado el mal gobierno de la cuatro t porque sigue siendo el barril sin fondo del que se enterca el presidente por no admitir que adquirir gasolinas a los texanos resulta más barato que operar una mole con pies de plomo y harta hambruna de funcionarios corruptos, incluida su parentela que se beneficia con cada decisión trasnochada que toma.

Para cumplir su anunciada soberanía energética, decidió construir una refinería, pero desde su concepción estuvieron fallidas las decisiones, primero por la elección del sitio, un manglar que cada año se inundará a pesar de la rectificación de niveles del suelo, el agua siempre reconoce su cauce, y junto con ello ya afectaron al medio ambiente.

Lanzaron la convocatoria de la construcción a empresas especializadas en la construcción e integración de una refinería, las cotizaciones le parecieron al presidente exageradas, Roció Nahle García secretaria de Energía había estimado un presupuesto de 8 mil millones de dólares, la cotización más baja era de 16 mil, la más alta de 24 mil, de modo que el presidente tomó otra decisión arrebatada; no se necesitan extranjeros, tenemos ingenieros mexicanos expertos, nosotros la construiremos, palabras más, palabras menos justificó la decisión, la obra estuvo a cargo de Nahle García.

Las conferencias matutinas en palacio daban cuenta de los avances de la construcción con videos que mostraban hasta la instalación de una tuerca y lo festinaban con aplausos, fue tal la enjundia que el presidente la inauguró hace dos años sin que estuviera terminada, ese mismo año la Nahle anunció que para diciembre refinería, luego la movió a marzo, el presidente dijo que en junio, luego que en marzo del 2024, en pleno mes de mayo están trasladando diésel contaminado (dixit AML) desde la refinería de Ciudad Madero en Tamaulipas para inyectarlo a la refinería de Dos Bocas en Tabasco para realizar pruebas de funcionamiento, esto a dos años de su inauguración, hoy sigue sin refinar.

Lo verdadero es que la refinería ya costó más del triple, la Auditoria Superior de la Federación dijo que se han invertido 16 mil millones de dólares, Nahle dice que es mentira, mientras que las cuentas públicas de la Secretaría de Hacienda que se pueden consultar en internet establecen tres veces el valor original, es decir, se han invertido 24 mil millones de dólares y sigue sin funcionar.

Roció Nahle es hoy candidata al gobierno de Veracruz por el partido Morena, insiste que costó 8 mil millones la refinería y que el incremento es por el I.V.A., que la Auditoria miente y niega que le hayan florecido propiedades no solo en Veracruz, en Nuevo León y Nueva York, rechaza que su hija, su esposo, su yerno y hasta su hermana son afortunados nuevos millonarios, todo indica que las dos bocas no eran las de la refinería sino las de la candidata.