Por Rodolfo Franco / abril 2024

Del 1 de diciembre del año de 1928 hasta el 30 de noviembre de 1934 México tuvo tres presidentes; Emilio Portes Gil en calidad de presidente provisional, Pascual Ortiz Rubio como presidente constitucional y Abelardo L. Rodríguez nuevamente como provisional, encargos en el poder sumamente cortos producto de la injerencia del general Plutarco Elías Calles, llamado ‘El Jefe Máximo de la Revolución’, ex presidente al que le atribuyen el asesinato de Álvaro Obregón y de imponer el ‘Maximato’. Calles era en realidad el que mandaba en México, tomaba las decisiones y los secretarios de estado acudían con él a acordar y no con el presidente en turno.

Fue Calles el que postuló en 1934 al general Lázaro Cárdenas del Río, pero este no soportó la injerencia de Calles, comenzó cambiando los secretarios que le impuso para designar gente leal a su proyecto, las organizaciones populares, campesinas y sindicales se encontraban desconcertadas porque seguían recibiendo ‘línea’ de Calles, Cárdenas tuvo que romper con él a costa de existir la posibilidad de provocar una desestabilización a su gobierno, tomada la decisión, la madrugada del 10 de abril de 1936, Cárdenas, acompañado por un piquete militar, sacó en pijama a Calles de su casa y lo trasladó en un avión del Ejército Mexicano al estado de California, en Estados Unidos, con él iban algunos incondicionales de Calles, así rompió Cárdenas con el hombre que opinaba, intervenía y determinaba el destino del país.

En la actualidad, de mantenerse la tendencia en las encuestas, Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta de México y es poco probable que López Obrador se retire a su rancho de nombre innombrable y poco elegante. López es un hombre enfermo de poder, megalómano, egocéntrico, narcisista, presuntuoso, vengativo y rencoroso, por lo que no se permitirá un ayuno a su incontinencia verbal, los medios de comunicación afines a él, cebados por casi seis años, serán perros falderos que lo buscarán –ordenados por él- para solicitarle su ‘valiosa’ y ‘experimentada’ opinión sobre el curso de la república, comenzará a determinar el rumbo que su ‘corcholata’ preferida debe tomar, con la aprobación o desaprobación del patrón en su declaración sabrá que rumbo tomar, los funcionarios serán los ‘recomendados’ por el partido, léase AMLO no por Claudia, situación que ya vivió en carne propia en su intento de toma de decisiones ‘independientes’ al pretender llevar a Omar García Harfuch a la candidatura de la Ciudad de México, el presidente lo vetó y subió a Clara Brugada.

Por otro lado los intereses y entramados empresariales construidos en el sexenio del ‘No Poder’ serán intocables para Sheinbaum, no se meterá con los negocios de los hijos del presidente porque refiere no son corruptos, mantendrá vigentes los privilegios de los consentidos y protegidos de López, así como con los gobernadores morenistas acusados de corrupción e incapacidad, sabe que acuerdan y seguirán acordando con López, de modo que Claudia tiene dos opciones; Asumir o sumirse; Asumir la decisión de Cárdenas o sumirse en el ilimitado poder de López para seguir repitiendo los dictados del patrón.