En las postrimerías de un sexenio fallido
‘Por encima de la ley está mi autoridad moral y mi dignidad’

Por Rodolfo Franco
El presidente López Obrador está fuera de sí, perdió el control y el timón de la agenda pública, está reaccionando a las filtraciones de sus infaustas relaciones con la mafia del no poder y el narcotráfico.
Los reportajes de investigación realizados por Mexicanos Contra de la Corrupción y la Impunidad, Latinus, el New York Times, Deutseche Welle, ProPublica y el libro El Rey del Cash, han sido demoledores y dan en la línea de flotación a su discurso de honestidad valiente, no poseer nada, vivir con doscientos pesos en su cartera, no tener cuentas bancarias, no contar con tarjeta de crédito y ni siquiera con historial en hacienda.
Sus respuestas han sido iracundas, a grado tal de mostrar sevicia, revanchismo ventajoso desde la presidencia, gansteril y fuera de ley al filtrar el número telefónico de la reportera que elaboró el artículo que presuntamente lo vincula con el narcotráfico; “Ella nos está calumniando y si está muy preocupada, entonces que cambie su número de teléfono”, “Ustedes pueden calumniar impunemente” dijo el presidente en su conferencia ante el cuestionamiento de la reportera de Univision por publicar el número telefónico, para luego expresar la frase con la que deberá ser recordado, ya que busca la inmortalidad de su nombre; “Por encima de la ley está mi autoridad moral y mi dignidad”. La reportera de Univisión que le cuestionaba sobre su comportamiento anómico e irresponsable, hizo que el mandatario se soltara el cabello y mostrara la verdadera personalidad enferma, por encima de él y su familia no aplica la ley, ‘el estado soy yo’ quiso decir emulando al monarca feudal francés Luis XVI.
López Obrador se pinta de cuerpo entero, nadie ni nada puede contradecir su voluntad, su palabra, sus deseos, sus ocurrencias sexenales infructuosas, su sed de venganza por su frustrada vida de porro sin méritos, quien se opone lo quema sin pruebas ni evidencias en la hoguera de las conferencias matutinas pagadas con nuestros impuesto, él si puede calumniar, mentir, engañar, falsear información pese a que su propio gobierno publica las cifras de homicidios dolosos y pobreza, ‘él tiene otros datos’, es un autócrata neoliberal, corrupto y megalómano, es la vergüenza de un país que se equivocó al votar por un merolico de plaza pública.
Más los reportajes no son la única evidencia del financiamiento que ha recibido por años para conquistar el poder presidencial que hoy la maneja de forma omnímoda, errática y facciosa, Carlos Navarrete ex dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), muy cercano a López Obrador, aseguró que desde ediles hasta gobernadores le dieron apoyo financiero no en sobres, sino en maletas repletas de dinero, en su búsqueda para ocupar la silla presidencial.
Estamos en las postrimerías de un sexenio caracterizado por la corrupción, su familia y amigos enriquecidos brutalmente al amparo del poder público, por las falsedades de un presidente que muestra un país de cartón, de maqueta que ha empobrecido a más mexicanos, el narcotráfico operando abiertamente ante la mirada lacónica del ejército hoy convertido en albañiles y la guardia nacional que solo puede tomar fotografías de los hechos pero no intervenir contra los delincuentes porque también tiene derechos humanos, el dispendio del dinero público en obras que sirven solo para engordar las carteras de los generales y amigos de los hijos del presidente; Fracaso es el epíteto del sexenio de López Obrador.
En ‘X’ antes Twitter me encuentras como @RFInforma