Por Rodolfo Franco /  lunes 30 de octubre del 2023

Tres huracanes golpearon a México, Otis en Acapulco, AMLO en todo el país, la delincuencia organizada en Guerrero. La furia del primero tomó a los acapulqueños desprevenidos, el segundo huracán a todo México cuando las promesas de campaña se fueron al olvido por el rencor acumulado de años de frustración política al no lograr su meta, la frustración se añejó, destiló hiel, sevicia y ponzoña, coctel que supuró cuando llegó al poder.

Se sabía de la inminente embestida de Otis al puerto trasformado en paraíso por el ex presidente Miguel Alemán para la explotación del turismo, pero como todo lo que toca la cuarta transformación, las autoridades no alertaron a tiempo, y fiel a su estilo porque una mentira más no le pesa, socarronamente el presidente diría que sí se avisó con tiempo; “sí, sí se avisó con tiempo, hubo perifoneó”, la realidad dice que no.

Hasta el momento de escribir este artículo Otis había dejado treinta muertos, más lo que aparezcan luego de los trabajos de levantamiento de escombros y confirmación de nombres de desaparecidos, para los deudos de las víctimas treinta muertos son muchos, demasiados, para el huracán AMLO los muertos son pocos; “creo que tuvimos suerte, no fueron tantos”, desde luego su humanismo pregonado es más falso que su interés por los pobres.

Su autoritarismo es de tal magnitud que prohibió las ayudas de las organizaciones civiles, autoridades estatales y municipales, solo él, su dictatorial gobierno será el único, así lo sentenció, el único encargado de la entrega de despensas, evaluar los daños y organizar los apoyos.

El balance preliminar es preocupante, la autopista, caminos federales y veredas están afectadas, servicios de energía, agua potable y telefonía dañados,

Las ráfagas de viento de casi 300 kilómetros por hora, cual filosos cuchillos rebanaron hoteles, casas, comercios, pobres y ricos sufrieron el embate de la furia de la naturaleza. El saldo al fin de semana según las crónicas periodísticas daba cuenta de más de un millón de habitantes afectados.

¿Qué viene? El desinterés, la burocracia y el olvido gubernamental, no habrá recursos económicos para resarcir el daño, antaño se contaba con dieciséis mil millones de pesos guardados en el Fonden (Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales), fondo que desapareció el presidente bajo el argumento de existir corrupción; «Está probado que se robaban el dinero, por eso desaparece esta oficina para la tranza», aseguró que los recursos del Fonden no llegaban a los damnificados y por eso fue eliminado, pero nunca presentó una prueba de la corrupción, nunca se denunció algún funcionario, fiel a su estilo el presidente López solo acusó para poder disponer del dinero a su antojo, dilapidarlo en sus elefantes blancos.

Para colmo de males a los guerrerenses además de Otis, el presidente López y la ausente gobernadora Evelyn Salgado, los azota otro huracán, la delincuencia organizada que tiene en sus manos al estado, de acuerdo a la investigación del periodista Ricardo Ravelo, seis cárteles se disputan el control territorial en el estado, donde alcaldes y funcionarios conviven abiertamente con la delincuencia organizada porque todos los grupos criminales tienen una característica singular, sus cabecillas, operadores y sicarios tienen líneas de parentesco con autoridades municipales: alcaldes, síndicos, regidores, tesoreros y comandantes de la policía.

Recuerda Ravelo, que la actual gobernadora es hija de Félix Salgado Macedonio, el senador compadre de López Obrador que quiso ser gobernador y el INE se lo impidió, cuando fue Alcalde de Acapulco permitió la entrada del grupo de Los Beltrán Leyva, quien vivía cómodamente en Guerrero, a la sombra del poder municipal. Junto con él operaba Édgar Valdez Villarreal alias ‘La Barbie’, Sergio Villarreal Barragán, alias ‘El Grande’, entre otros narcotraficantes.

Los daños al puerto de Acapulco los empresarios al paso del tiempo los resolverán, pero los daños políticos generados por las autoridades vinculadas al crimen organizado son irremediables, Otis es una briza comparada con la furia de la delincuencia organizada que impacta todos los días a Guerrero.

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