Por Rodolfo Franco

Al inicio del mes de octubre el presidente López Obrador anunció que ya estaban a la venta los boletos aéreos de la revivida línea Mexicana de Aviación, ahora en propiedad del estado y bajo la férula de los multi chambas militares mexicanos.

Rentando aviones y personal de vuelo porque la línea estatal nada tiene, operando desde el desértico aeropuerto Felipe Ángeles, beneficiándose con el descuento del TUA (Tarifa de Uso de Aeropuerto), utilizando los escasos recursos públicos provenientes de nuestros impuestos y aprovechamiento de rentas petroleras, a la semana la línea aérea tuvo que frenar la venta de boletos de los vuelos que comenzarían a partir de diciembre porque todavía no cuenta con el certificado como operador, según admitió Luis Crescencio Sandoval, titular la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), explicó que una vez que se obtenga este permiso se podrá comenzar con las ventas. La operación de la aerolínea estatal no traerá beneficios al viajero, desequilibrará el mercado porque no obedecerá a la oferta y la demanda, gozará del subsidio gubernamental y se convertirá en un elefante blanco más como el aeropuerto base Felipe Ángeles que lo presumen como el ‘mejor aeropuerto del mundo’, de modo que para diciembre ofreció con los vuelos de la línea aérea, atole con el dedo.

Un sistema de salud como el de Dinamarca fue lo que nos ofreció el presidente, en su proyecto de transformación comenzó desmantelando el Seguro Popular, instancia a donde acudía la mitad de los mexicanos sin servicio de seguridad social. Pensando que la ocurrencia funcionaría creó el Insabi, bodrio que nunca operó y él mismo lo desapareció bajo el argumento de haber sido ‘transicional’, para terminar aventando el arpa al IMSS, bajo el rimbombante nombre de IMSS Bienestar, ahora entre afiliados y no afiliados se tornó en un pandemonio. Para completar el esquema de salud con la entrega universal de medicamentos, prometió la creación de un sistema de reparto similar al de Sabritas a través de Birmex, empresa paraestatal que a la primera prueba de fuego en la pandemia del Covid se contagió de corrupción, a los reclamos ahora prometió que para el mes de diciembre habrá en la Ciudad de México una mega farmacia que tendrá todos los medicamentos de todo el mundo, y que la entrega de medicamentos se hará a cualquier rincón del país utilizando cualquier sistema de transporte. A un año de conclusión del sexenio la promesa de diciembre es ofrecer más atole con el dedo.

La refinería de Dos Bocas fue inaugurada en julio del año 2022 sin estar terminada, asegura el presidente que la gasolina que ahí se refine evitará seguir importando gasolina del extranjero, incluso con la crisis bélica entre Israel y Hamás, el mandatario señaló que la refinería otorgará la independencia energética, solo que aún no sale ni un litro de gasolina, salé según la ex secretaria de energía, un sub producto que requiere de otro proceso, por lo que ahora sí para diciembre se estima refinará los primeros barriles de gasolina, mientras libra la batalla de las frecuentes inundaciones que ha sufrido, se trata de una refinería que solo produce atole con el dedo.

Y si faltara otra promesa decembrina, el ecocida Tren Maya también será inaugurado en diciembre, mes de los inocentes. El complejo ferroviario está conformado de siete tramos, a la fecha solo están concluidos dos, y faltan seis estaciones por construir, la inauguración será más atole con el dedo.

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