Inactividad en adultos mayores aumenta el riesgo de demencia
El hallazgo proviene de un análisis sobre la aparición de demencia en casi 50,000 británicos.
RFInforma / Gran Bretaña / jueves 14 de septiembre del 2023
Redacción.-
Reforzando la idea de que un cuerpo fuerte equivale a una mente fuerte, una nueva investigación indica que cuanto más inactivos son los ancianos, mayor es su riesgo de demencia.
El hallazgo proviene de un análisis sobre la aparición de demencia en casi 50,000 británicos.
Todos tenían al menos 60 años cuando se introdujo información sobre sus rutinas diarias de actividad en la base de datos del UK Biobank entre 2006 y 2010.
Luego, se siguió su riesgo de demencia durante un promedio de siete años.
«Investigamos si estar sentado demasiado tiempo puede aumentar el riesgo de demencia», dijo el autor principal, David Raichlen, profesor de ciencias biológicas y antropología en la Universidad del Sur de California. «Resulta que si estás inactivo más de 10 horas al día, hay un riesgo mayor».
Comparado con pasar nueve horas al día en el sofá, 10 horas de inactividad se asociaron con un 8% más de riesgo de demencia entre los ancianos.
Y más inactividad fue aún más riesgoso: los ancianos que acumularon 12 horas al día de inactividad, ya sea en un solo tramo o durante 24 horas, vieron su riesgo de demencia aumentar en un 63%. Aquellos que se quedaron sentados durante 15 horas al día tuvieron un impresionante aumento del 320% en el riesgo de demencia.
El estudio no demuestra que la inactividad cause demencia, enfatizó Raichlen.
Podría ser que otros problemas, capaces de ocasionar inactividad, como una mala salud física o incluso las etapas iniciales no diagnosticadas de la demencia en sí, podrían ser los verdaderos culpables cuando se trata del aumento del riesgo de demencia.
Pero, ¿porqué inactividad está vinculada a un mayor riesgo de demencia?
«Es posible que la reducción del flujo sanguíneo al cerebro pueda ayudar a explicar estos resultados», dijo Raichlen. O podría deberse al hecho de que la inactividad también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardio-metabólicas, incluidos infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, diabetes y/o enfermedades hepáticas.
«[Hay] definitivamente más trabajo por hacer para entender mejor los mecanismos subyacentes a estas asociaciones», dijo.
Los participantes en el estudio eran residentes de Inglaterra, Escocia y Gales (edad promedio: 68). Ninguno mostró signos de demencia cuando se recopiló información básica sobre salud al inscribirse.
Entre 2013 y 2015, llevaron un rastreador de actividad en la muñeca las 24 horas del día durante tres a siete días.
Para 2021, poco más de 400 hombres y mujeres habían sido diagnosticados con demencia.
El equipo señaló investigaciones anteriores que indican que, en promedio, los estadounidenses están inactivos durante unas 9,5 horas al día. Este estudio no encontró evidencia de que esta típica inactividad estadounidense esté vinculada a un aumento en el riesgo de demencia.
Pero una vez que el comportamiento sedentario promedió 10 horas o más, pareció que los ancianos tenían un mayor riesgo de demencia.
Después de años de inactividad, ¿ponerse en movimiento podría revertir esa situación?
«Es difícil decirlo basándonos en nuestro conjunto de datos», dijo Raichlen. «En mi opinión, nunca es demasiado tarde para sentarse menos y moverse más. Pero aún no tenemos los datos para decir si hay momentos clave en la vida en los que estar sentado está más fuertemente vinculado al riesgo de demencia.»
Claire Sexton es la directora senior de programas científicos y divulgación en la Asociación de Alzheimer en Chicago. Expresó poco asombro después de revisar los hallazgos.
«Han habido varios estudios que previamente informaron una asociación entre el tiempo sedentario y el riesgo de demencia», dijo Sexton. «Sin embargo, también se han publicado informes que no encontraron una asociación. Por lo tanto, se agradece la investigación adicional sobre posibles asociaciones».
Advirtió que, aunque el grupo de participantes inscritos en el estudio era grande, puede no ser representativo de todos los ancianos estadounidenses. Y añadió que, aunque la actividad física regular es clave para la salud en general, «no se puede ver de forma aislada».
El papel que la actividad puede jugar en términos de riesgo de demencia «debe considerarse en combinación con el comportamiento y estilo de vida total», dijo Sexton. Eso incluye «una dieta saludable, educación, lesiones en la cabeza, sueño, salud mental y la salud de tu corazón/sistema cardiovascular y otros sistemas corporales clave.»
Los hallazgos fueron publicados el 12 de septiembre en la revista Journal of the American Medical Association.