Por Rodolfo Franco  /  Aguascalientes, 17 de agosto de 2023

La desaparición en Aguascalientes de dos hermanos empresarios involucra a funcionarios de la Fiscalía estatal, Federal, un Notario y a la delincuencia organizada según teorías de la investigación, hasta el momento la Fiscalía estatal no ha solicitado la orden de aprehensión correspondiente.

Los empresarios constructores Fernando y Felipe Vargas Torres se asentaron en Aguascalientes en el sexenio del gobernador Carlos Lozano de la Torre, Fernando era administrador único de la empresa Edificaciones Vator S.A. de C.V. y Felipe de la empresa constructora Fevat S.A. de C.V., se menciona que parte de los recursos económicos provenían del capital formado por su padres, que se dedicaban a la comercialización de reactivos para laboratorios forenses de las diversas Fiscalías estatales y la federal, por lo que de ahí provenían las relaciones con altos funcionarios.

Fernando y Felipe mantenían disputas por el control económico de una empresa, lo que ocasionó que Fernando fuera secuestrado el 22 de junio del 2019, el mensaje del hermano Felipe era claro; “Esto es un recado de tu hermano para que le pagues” “Fernando Vargas sigues defraudando y robando y te vamos a matar por rata y a tu familia, hijos y esposa”, luego de ser liberado presentó la denuncia en contra de su hermano, sin que se generaran consecuencias mayores para Felipe.

Fernando también fue denunciado en la Fiscalía General de la República en diciembre del 2019 por su hermano Felipe, lo acusó de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, por lo que le fueron aseguradas propiedades y cuentas, Fernando respondió con una denuncia de cohecho en contra de su hermano Felipe y el agente del Ministerio Público de la Federación Arturo Reyes Martínez, aseverando Fernando que su hermano Felipe presumió que un amigo que estaba en la FGR y se había desempeñado como Procurador en Aguascalientes lo había ayudado en la operación del aseguramiento de bienes de la empresa, logrando acreditar Fernando que Felipe había pagado los boletos de avión del Ministerio Público para que viniera a realizar la maniobra jurídica en su contra.

Ocho meses después del secuestro, Fernando fue víctima por segunda ocasión de un secuestro, ocurrido el 26 de marzo del año 2020, luego de su desaparición sería despojado de sus acciones y aparecería como administrador único Carlos Aguiñaga Ledesma, chofer de Arturo Reyes, el agente del Ministerio Público que realizó el aseguramiento de predios y cuentas de la empresa de Fernando, el Notario Público que intervino y protocolizó los cambios en la empresa sin estar presente Fernando, falleció al mes en un accidente aéreo, Carlos Aguiñaga agente del Ministerio Público también fallecería en ese año ‘víctima’ de Covid.

La suerte de Felipe también estaba echada, el 26 de marzo del 2022 fue secuestrado el 16 de diciembre del año 2022, habría sido ‘levantado’ por al menos cuatro personas que dejaron huellas en la camioneta en la que se desplazaba la víctima, para luego subirlo a una camioneta marca Audi, tipo SUV en color negro y trasladarlo a una bodega ubicada en la carretera 70 Poniente, adelante del Cereso, ahí permanecería toda la noche, temprano saldría la camioneta seguida de un automóvil Mini Cooper que conducía Eduardo ‘Lalito’ Torres, un viejo policía que después del secuestro huiría.

La Fiscalía enterada del secuestro, colocó un automóvil a distancia de la bodega de la salida de Calvillo a donde se había introducido la camioneta Audi con Felipe adentro, cuando salieron en la mañana el automóvil de la Fiscalía no logró darles alcance, las cámaras de seguimiento lo perdieron.

Luego se sabría que en la bodega se encontraron huellas y sangre de Felipe, la Fiscalía lo corroboró y logró identificar a quién pertenecían las huellas, sin embargo no se han solicitado las correspondientes órdenes de aprehensión.

Trascendió entre funcionarios de la Fiscalía, que el secuestro de Felipe tendría como origen la detención de una avioneta propiedad de una persona oriunda de Teocaltiche, Jalisco.

La historia de dos empresarios terminó en tres secuestros, cuatro muertos y cero detenidos.

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