Por Rodolfo Franco.  Aguascalientes, lunes 17 de julio del 2023

La obsesión del presidente López Obrador por someter a quienes no se pliegan a sus caprichos, desvaríos, ocurrencias, intereses, locuras y odio enfermizo no tiene límite.

Decretó la falsa austeridad franciscana pero en realidad cuida los centavos y descuida los pesos, porque le regatea a los padres de los niños enfermos de cáncer las quimios, al IMSS Bienestar medicamentos, a los deportistas recursos, pero mantiene las camionetas ‘machuchonas’ para él y sus séquito de abyectos secretarios de estado, vehículos de los que tanto hizo escarnio y acusaba a gobiernos pasados de ser un gobierno rico con un pueblo pobre, hasta que llegó, probó el lujo y no lo desterró.

Presumió que desapareció la Guardia Presidencial por onerosa, pero es una mentira más de las que está acostumbrado a externar, la Guardia Presidencial sigue, existe, cobra y nos cuesta, a ello súmele el costo del nuevo cuerpo de seguridad que formó llamada ‘ayudantía’, personal que incluso ha sido llamada a ocupar diferentes cargos en la administración federal.

El presidente en su ambición desmedida por tomar el control de todo y desaparecer lo que le incomoda e impide gobernar sin apego a las leyes, enderezó las baterías en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se bajaran los sueldos y los ajustaran por debajo del salario que él percibe, apoyándose en el artículo 127 de la Constitución, incluso se atrevió a informar en sus homilías matutinas que los señores ganaban 600 mil pesos al mes, cifra por demás falsa y maliciosa, los Ministros de la Corte perciben 260 mil 948 pesos netos al mes, mientras que el presidente recibe un salario de 122 mil 257 pesos mensuales netos, más ingresos adicionales como, habitación, alimentación, transporte, menaje de casa, seguridad y servicios de salud. De acuerdo a una investigación realizada por el periódico El Financiero, los conceptos adicionales de ingresos suman 2 millones 602 mil 486 pesos, equivalentes a 216 mil 874 pesos al mes, que sumados al salario neto, el presidente gana en realidad 339 mil 131 pesos, más que los Ministros de la Corte.

La austeridad republicana es simplemente ‘atole con el dedo si contabilizamos el derroche de dinero que no tendrá retorno, como es el caso de la impresionante indemnización de 280 mil millones de pesos a los tenedores de bonos adquiridos con cargo al cancelado aeropuerto de Texcoco, que de haber sido prudente y cauto, el gobierno no hubiera perdido millones de dólares, los hubiera ganado, otro pozo sin fondo es el malogrado aeropuerto de Santa Lucía al que llegó el presidente en un tren inexistente, tuvo un costo de construcción del orden de los 88 mil millones de pesos, obligando mediante decreto a las líneas aéreas a volar ahí para encontrar el punto de equilibrio en el gasto de operación, la adquisición de la planta chatarra de la refinería texana ubicada en Deer Park a un costo de 596 millones de dólares es otra muestra de que no existe austeridad, además construye otra refinería de gasolina en Dos Bocas, Tabasco, donde se han invertido 120 mil millones de pesos aún no funciona y por segunda ocasión se volvió a inundar.

Pretende adquirir la marca Mexicana de Aviación a un costo de casi mil millones, además de arrendar diez aviones para ponerla a funcionar a través de la milicia, le compró a Iberdrola, la empresa española que tanto vitupera y odia, trece plantas viejas generadoras de energía a un costo de 45 mil millones de pesos, construyó más de dos mil bancos de bienestar a un costo de 147 mil millones de pesos y pretendía comprar City Banamex, por si fuera poco al interminable Tren Maya se le han invertido 360 mil millones de pesos y apenas registra un avance del 58 por ciento.

Regatea quimios y medicinas, gasta en obras faraónicas inservibles y pretende adquirir un banco.