Por Rodolfo Franco

“Pasaron de militares a constructores, distribuidores de vacunas, administradores de puertos, aduanas, hoteles y operadores de una línea aérea”.

De acuerdo a las filtraciones de Guacamaya Leaks del año pasado, parte de lo que se logró conocer fue la intención por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) de crear una aerolínea controlada por ellos, para sumarla al Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica S.A. de C.V. empresa de los militares que tiene la operación de los aeropuertos Felipe Ángeles, Tulum, Palenque y el Tren Maya, además construirán cuatro hoteles (Uxmal, Calakmul y ecohoteles en la Riviera Maya) y dos parques ecológicos (La Plancha en Yucatán y el Parque Nacional Jaguar en Quintana Roo) en la zona del Tren Maya. Súmele el museo del mamut en el AIFA y proyectan el museo subacuático en Tulum.

La creación de la empresa aérea del ejército enfrentaba la restricción de la Ley de Aeropuertos que prohíbe tener un grupo aeroportuario y poseer una aerolínea, en la filtración de Guacamaya se reveló que la Sedena preparaba una modificación a través de la Consejería Jurídica del Ejecutivo, darle la vuelta a la ley con una maroma jurídica.

Finalmente la filtración del colectivo Guacamaya Leaks se materializó el viernes 6 de enero, al informar López Obrador que había acordado con los extrabajadores de Mexicana de Aviación la compra de la marca de la extinta aerolínea al gobierno de la 4T.

El monto pactado en plena austeridad franciscana fue por la cantidad de 816 millones 786 mil pesos, lo que dará el derecho a los militares a utilizar el nombre de Mexicana de Aviación como marca de la nueva aerolínea gubernamental. El presidente obstinado por la marca ofreció inicialmente 600 millones de pesos, ‘posteriormente la oferta creció a 700 millones de pesos, y finalmente cerró en 816 millones de pesos’ contó la revista Proceso, revelando que no es la única cantidad a cubrir, pues se comprometió el gobierno federal a pagar el laudo laboral que los 8 mil 620 asalariados firmaron con la empresa para terminar su relación laboral, acordándose el pago de 6 años de salario, equivalente a 8 mil millones de pesos.

Con el compromiso de pago asumido por el estado con recursos de los impuestos, López Obrador paga el favor a los ex trabajadores de Mexicana de Aviación que en el año 2018 apoyaron su campaña presidencial.

El año pasado a la filtración, el presidente admitió el proyecto y auguró éxito económico en tan solo un año, lo que ninguna empresa del mundo lo ha logrado, y aseveró que “La nueva empresa (…) no nos significa mucha inversión, prácticamente nada, porque tenemos los aeropuertos, contamos con la experiencia de la Fuerza Aérea, desde hace mucho tiempo hay talleres, pilotos, mecánicos, o sea, ya tenemos lo fundamental. Es rentar 10 aviones. Ya se está haciendo el análisis sobre el costo-beneficio, y resulta que la empresa logra su punto de equilibrio o empieza a tener utilidades a un poco más de un año”. Incluso mencionó que la nueva línea aérea utilizará el avión presidencial TP-01 que no vendió y no rifó, para prestar el servicio de transporte, desde su punto de vista solo era cuestión de quitarle unos lujos, ponerle asientos y mandarlo a viajes largos; “El avión presidencial cuesta mucho operarlo, nos ahorramos todo eso. Al pasar a esta empresa se va a rentar también para vuelos largos de aquí a Tijuana o Europa en 10 horas sin recarga de combustible”.

Lo que en el fondo prevalece es la construcción de un modelo similar al cubano, donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias son los administradores de aeropuertos, hoteles, una aerolínea, hasta el suministro de los alimentos, con ello se logra el control del país, por las armas, el dinero y los servicios.

Cualquier duda sobre la militarización del país queda descartada.

En twitter me encuentras como @RFInforma