Admite esposo de Yasmin Esquivel usar un domicilio falso para tramitar una matricula
“Me declaro culpable de haber dado datos falsos para la matrícula»
RFInforma / Ciudad de México / lunes 16 de enero del 2023
Redacción.-
El ingeniero José María Riobóo Martín, esposo de la ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel Mossa, reconoce que ambos usaron un domicilio de una casa que no les pertenece para tramitar la matrícula consular en el Consulado de México en San Antonio, pero justifica que lo hizo “por costumbre”.
“Me declaro culpable de haber dado datos falsos para la matrícula. Reconozco que di datos falsos porque viví 35 años y tuve mucha costumbre de dar ese domicilio, porque cada vez que me piden un domicilio lo digo así sin darme cuenta. Tengo una licencia de manejo en Estados Unidos y está ese domicilio y con mucha frecuencia lo uso, pero hace tiempo que yo no vivo en esa casa”, dice en entrevista telefónica.
A la pregunta de si Esquivel también usa ese domicilio “por costumbre”, Riobóo responde: “No, cuando me pide la dirección, yo lleno los datos, porque ella no conoce. Yo soy el culpable de haber dado esa dirección para ella, el responsable de haber puesto la dirección equivocada en el documento del Consulado. Asumo la responsabilidad”.
Esquivel, nombrada por Andrés Manuel López Obrador, y Riobóo, contratista favorito del gobierno y amigo cercano de AMLO, tramitaron matrículas consulares en San Antonio en febrero, que fueron firmadas por el Cónsul General Rubén Minutti Zanatta, ex subordinado de Esquivel en el Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México (SinEmbargo, 03/03/2021).
Esquivel justificó el extraño tramite porque su esposo, “desde hace 40 años tiene un domicilio en San Antonio, Texas” (Reforma 02/03/2021). Extrapoló que como persona que tiene familia domiciliada en San Antonio, tiene derecho a obtener la matrícula, que fue diseñado para darle mínima protección jurídica a los connacionales indocumentados que residen en EEUU (SinEmbargo 03/09/2021)
Al igual que Esquivel, Riobóo niega que la matrícula fuera con la intención de vacunarse, sino en respuesta a un ofrecimiento de Minutti. “Pusieron a nombre de la ministra un lactario y el Cónsul nos ofreció la matrícula. Dijimos OK, pero ni la uso”.
¿Entonces para que la tramitó? pregunté.
“Porque lo sentí como una descortesía. En los 35 años que llevo yendo a Santa Antonio–no vivo en San Antonio, no resido en San Antonio, yo trabajo en México–no me ha hecho falta. Ese documento, la matrícula, no tiene importancia. Si usted analiza a cualquier mexicano que quiera vacunarse, no se la piden. Yo tengo muchos amigos que han ido a EEUU a vacunarse y no les han pedido ni domicilio, ni nada, y se han vacunado”.
Pedir o no documento con nombre y domicilio es una medida discrecional. En ese sentido, los consulados pueden constatar que la matrícula está ayudando a muchos connacionales indocumentados a vacunarse en lugares donde sí piden identificación.