Por Rodolfo Franco

La semilla de la cannabis llegó a México en el año de 1530 a través del conquistador Hernán Cortés, quien recomendó la siembra y cultivo de dicha planta, la idea fue secundada por el obispo Juan de Zumárraga porque consideraba que los indios para vivir bien les hacía falta lana fina, cáñamo (cannabis), lino, plantas y cuatropeas (bestias de cuatro patas). Hacia 1532 empezó la cosecha del cáñamo derivado de la cannabis en la Hacienda de descanso de la orden religiosa de los Franciscanos en Chalco, hoy Estado de México, bajo la supervisión de Sebastián Ramírez de Fuenleal gobernador previrreinal, quien veía la posibilidad de detonar la economía local con los derivados de la yerba hoy conocida como mariguana.

La primera prohibición para el cultivo de la cannabis en México surgió en el año 1550 cuando el virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, conminó a limitar el cultivo y la producción de la yerba, porque los indígenas habían comenzado a utilizar las plantas para algo más que fabricar la cuerda, descubrieron que fumando los cogollitos de la yerba alcanzaban un estado similar a la embriaguez que les ayudaba a sobrellevar sus pesares.

Otro intento más por frenar la producción surgió en el año de 1855 cuando el gobernador de Colima Francisco Ponce de León tomó la iniciativa de prohibir el cultivo del cáñamo (cannabis), sin embargo Antonio López de Santa Anna lo impidió, ya que poseía grandes plantíos de esta yerba.

Los esfuerzos por regularla no cejaron, para el año de 1896 se publicó en la ciudad de México el Código Sanitario para combatir la venta de mariguana que todavía se despachaba de manera cotidiana en los mercados. Tan popular era el producto que el sociólogo Juan Pablo García Vallejo, autor de ‘La Disipada Historia de la Marihuana’, y director de ‘La Gaceta Cannábica’, señala que el grabador e ilustrador aguascalentense célebre por sus dibujos costumbristas era devoto de la yerba.

Los voluntades por combatirla continuaban, en el mes de julio del año de 1908, el coronel Félix Díaz Prieto, Inspector General de la policía, desmanteló una fábrica de cigarros de mota marca ‘rateros’, qué se distribuían principalmente en las cárceles de la capital.

La revolución fue otra época de consumo a discreción, quedó documentado que las soldaderas vendían entre las tropas lo mismo mezcal, que aguardiente, sin faltar la mariguana, la novela revolucionaria ‘Tropa Vieja’ de Francisco I. Urquizo narra que un herido no dejaba de gritar por las heridas recibidas en el campo de batalla, entonces ‘La Chata Micaela’ encendió un cigarrillo de mariguana y se lo puso en la boca al herido, éste externó, Dios te lo pague mujer, fumó y se calmó.

Una prohibición más surgiría 1925 bajo el gobierno del presidente Plutarco Elías Calles, decretando estrictamente prohibida la importación de opio preparado para fumar, mariguana en cualquiera de sus formas y de heroína sus sales y derivados.

El golpe de Timón se daría el 17 de febrero de 1940, cuando el General Lázaro Cárdenas del Río legalizó la mariguana, el objetivo tenía como propósito crear un monopolio estatal, desarticulando con ello las bandas de la delincuencia y generando la venta de manera restringida, además de incrementar la recaudación por concepto de impuestos, sin embargo la decisión tuvo que ser revocada a los pocos meses debido a las presiones del gobierno de Estados Unidos quién ordenó un embargo de medicinas convencionales a México.

Pasaron los años y la adicción creció, en noviembre de 1984 casi medio millar de soldados ingresaron al rancho ‘El Búfalo’, cerca de Jiménez y Camargo en la zona sur del estado de Chihuahua, donde trabajaban 10 mil campesinos en la siembra y la cosecha de mariguana en casi mil hectáreas, ahí fueron incautadas 10 mil toneladas de la yerba verde, el decomiso más grande de la historia de México

La revolución de los derechos se hizo presente el 16 de octubre de 2015 cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió sobre el uso recreativo de la mariguana a partir de un Amparo promovido por la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante, el proyecto declaraba inconstitucional varios artículos de la Ley General de Salud que prohíbe la siembra cultivo y posesión de mariguana con fines recreativos. A la fecha la discusión continúa.

Hoy en la lucha contra los estupefacientes se ha dejado de lado la yerba, otro cáncer ataca a la sociedad, las drogas sintéticas, el fentanilo, cuyo efecto es 50 veces mayor a la heroína y 100 veces más que la morfina, esa droga sí está acabando con la humanidad.

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