Por Rodolfo Franco

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.

Joan Baez

La semana pasada presenté una denuncia de carácter penal en la Vice Fiscalía de Combate a la Corrupción, dependiente de la Fiscalía General del Estado, en contra de funcionarios del Sistema de Financiamiento de Aguascalientes (SIFIA), luego de que en el programa de José Luis Morales, dentro del segmento conocido como ‘La Mesa de La Verdad’, se diera a conocer la auditoría practicada por el Órgano Superior de Fiscalización del estado de Aguascalientes (OSFAGS) al SIFIA, correspondiente al año 2021.

En ella se aprecian fallas operativas de algunos funcionarios, cometidas ya sea por error o con la intención de favorecer y beneficiar a determinadas personas y créditos otorgados a particulares que lograron menoscabar el patrimonio de la entidad financiera. Dicho en otras palabras, no devolvieron el dinero que les fue prestado, razón por la que el OSFAGS señaló claramente que se trataba de un perjuicio a la hacienda pública del estado. De ahí que en el legítimo interés jurídico que me asiste como ciudadano presenté la denuncia.

No pretendo ser un justiciero social, pero si dar el paso del estudioso de la antropología política al del ciudadano responsable que busca accionar la palanca de cambio, borrar la ancestral tutela de la clase política sobre el ciudadano, para convertirme en el agente del cambio social.

En fechas pasadas presenté otra denuncia, también de carácter penal en contra del ex director del IESPA, por presuntos actos de corrupción cometidos en contra de la institución, quien abusando de su posición jerárquica dispuso de dinero y recursos públicos para satisfacer un capricho personal.

No es la única denuncia presentada en contra de funcionarios públicos, existe otra dirigida al ex gobernador Martín Orozco Sandoval, de la que por el momento no puedo hablar, y que mostrará de cuerpo completo a quien gobernó un estado por seis años, disponiendo a discreción del erario para crear negocios para sí y amigos, obtener propiedades algunas incluso despojando a sus legítimos propietarios con amenazas de expropiación.

Dependerá de las agencias investigadoras, del Vice Fiscal y del Fiscal que se manejen y conduzcan en estricto apego al derecho, para que sin obstáculos políticos que puedan surgir, se logren enviar a un Juzgado, y como establece el derecho, que sea el Juez el que determine la inocencia o culpabilidad del imputado.

Socialmente el gobierno de Martín Orozco ya está siendo juzgado, se olvidó que en campaña para gobernador Martín era un candidato sujeto a un proceso penal por triangular permutas de terrenos municipales a favor de terceros, que luego vendieron a Martín, a su esposa, a sus hijos, a sus empresas, pese a ello la gente le otorgó el voto, razón por la que convirtieron a un delincuente en gobernador, esa es la mejor descripción del vulgar ladrón que nos gobernó.

Nuestra responsabilidad ciudadana no se limita en acudir a ejercer nuestro voto, continúa en exigir al mandatario que cumpla con lo estipulado en su plan de gobierno, solicitar la rendición de cuentas, obligar a transparentarlas, y de saber o conocer de los desvíos proceder, es decir denunciar, denunciar como lo hice y lo he hecho, pruebas de ello están en el sexenio de Luis Armando Reynoso Femat, a quien investigué, exhibí y denuncié. Hoy Reynoso Femat salta de amparo en amparo tratando de esquivar el pago del tomógrafo que compró y nunca entregó al Hospital Hidalgo, pero de lo que no se puede librar es de la sentencia popular; ¡es un ladrón!

Hoy Martín está en el tobogán de las demandas, pero por anticipado ya heredó a su familia, no los terrenos, la vergüenza de haberlos obtenido ilegalmente y que ellos los disfrutarán temporalmente, porque tal vez servirán para pagar la fianza y la reparación del daño al estado cuando esté tras las rejas.

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