A Porfirio Díaz Debemos la Tradición del Grito de Independencia

Porfirio Díaz buscaba la reconciliación y la unidad nacional, la que se está minando día a día desde palacio nacional.

Aguascalientes Nacional e Internacional Opinión

Sep-18-2022

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A Porfirio Díaz Debemos la Tradición del Grito de Independencia

Por Rodolfo Franco

El pasado fin de semana fue largo, cuatro días de asueto, al sábado y domingo se sumaron dos para conmemorar la consumación de la Independencia de México, que no buscaba la independencia de España, y paradójico, la conmemoración fue instituida por el ex presidente al que el presidente López Obrador le atribuye la construcción del clasismo, el racismo, la concentración de la riqueza y pérdida de libertades, nada menos que el general Porfirio Díaz Mori.

Los libros de texto construyeron héroes, mitos e historias que recrean momentos épicos, que en realidad están apartados en mucho de los verdaderos acontecimientos. Históricamente el inicio de la Independencia se ubica durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810, mediante el llamado al levantamiento armado por el Cura Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende en Dolores Hidalgo, Guanajuato. La consumación de la gesta el día 27 de septiembre de 1821 con la entrada triunfal del ejército Trigarante a la Ciudad de México encabezada por Agustín de Iturbide.

Miguel Hidalgo y Costilla en su arenga no demandaba el rompimiento con la España monárquica, se levantó en armas proclamando “viva la religión, viva nuestra madre santísima de Guadalupe, viva Fernando VII, viva América y muera el mal gobierno”, refiriéndose a Napoleón Bonaparte que había depuesto a Fernando VII, rey de España.

En realidad la conjura de la independencia se pactó en el interior de las sacristías, hubo decenas de reuniones presididas por el doctor y canónigo Matías Monteagudo, el objetivo era crear una confabulación armada en contra de la España liberal que gobernaba luego de ser derrocado Fernando VII, la lucha era combatir la Constitución de Cádiz independizándose de ese gobierno inaceptable para el clero, porque desaparecía la inquisición, abolía el fuero eclesiástico, lo que provocaba que se redujera el valor de los diezmos, obligaba subastar los bienes del clero y se permitiría la libertad de imprenta y de prensa.

La iglesia católica en ese momento tenía mejor estructura que el gobierno, contaba en aquella época con diez diócesis, mil parroquias, casi trescientos conventos y monasterios, policía secreta, sótanos de tortura, tenía el control de los hospitales, escuelas, orfanatos y hasta prisiones, para lograr el objetivo y garantizar la continuidad de la posesión de la riqueza del poder y de las preventas de la iglesia católica, se reclutó a un militar de nombre Agustín de Iturbide financiado con recursos de la iglesia.

Iturbide enfrentó batalla en contra de tropas insurgentes mexicanas encabezadas por Vicente Guerrero, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, mismas que pactarían para la adopción de una monarquía moderada de acuerdo con una constitución imperial mexicana, el pacto fue sellado en el histórico abrazo de Acatempan.

Guadalupe Victoria, primer presidente de México en el año de 1825 designó el 16 de septiembre como el día oficial para la celebración de la Independencia, poca resonancia tendría, al año siguiente, José María Morelos y Pavón incluyó en su tratado ‘Sentimientos de la Nación’, una solicitud para conmemorar el inicio de este movimiento independentista y para dar reconocimiento a sus iniciadores, en realidad la tradición se oficializó en 1896 por declaración del Presidente Porfirio Díaz, la rumorología establece que el festejo del grito el día 15 y no el 16 como lo hizo Miguel Hidalgo, obedeció al empate del cumpleaños de Porfirio Díaz, simple rumor.

También a Porfirio Díaz debemos la construcción de la Columna de la Independencia coronada por el Ángel dorado, erigida para conmemorar el centenario de la independencia, ahí descansan eternamente Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Nicolás Bravo, Leona Vicario, Juan Aldama, Andrés Quintana Roo, Mariano Jiménez, Francisco Javier Mina, José María Morelos, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros y Guadalupe Victoria.

Díaz sabía de la urgente necesidad de construir héroes, que sumados a los símbolos patrios, darían identidad, unidad y orgullo a la nación multi étnica, Porfirio Díaz buscaba la reconciliación y la unidad nacional, la que se está minando día a día desde palacio nacional.

 

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