Por Rodolfo Franco

El lunes se publicó en el periódico Hidrocálido mi columna titulada “Martín Tiñó de Sangre al Estado”, en ella doy cuenta del alarmante crecimiento de homicidios dolosos y narcomenudeo, al parecer caló y hubo represalia.

Ese lunes 12 de septiembre, por la mañana acudí a la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR), ubicada al sur de la ciudad, con la finalidad de presentar la correspondiente denuncia por escrito de las AMENAZAS DE MUERTE que recibí en mi contra, de regreso al centro de la ciudad, siendo aproximadamente las 12.15 horas del día de cita, cuando me dirigía al centro de la ciudad acompañado por los dos escoltas que me asistían en ese momento, al desplazarnos en el automóvil por la Avenida José María Chávez, en dirección de sur a norte, quien conducía, pasando el teatro Aguascalientes advirtió que un motociclista se acercó a nuestro automóvil y mantuvo la marcha al parejo, el escolta revisó que no se tratara de un potencial agresor, observó que era un policía del estado y no dio importancia, metros más adelante, a 70 o 100 metros previos a llegar al cruce que se forma con la avenida de la Convención de 1914 sur, a metros de la esquina de la clínica 1 del Seguro Social, nos marcó el alto y solicitó nos detuviéramos, ‘coincidentemente’ en la esquina estaban una patrulla de la policía estatal, tipo pick up que nos cerró el paso, incluso la pick up placas AG-247A-2 de estar estacionada dio marcha en reversa hacia nuestro carril para bloquear la circulación, en seguida llegaron tres motociclistas, además del que nos solicitó parara, formando un retén, luego observé que llegó otra patrulla tipo pick up y se estacionó delante de la primera, al bajar los policías armados de sus patrullas y motocicletas, solicitaron a mis escoltas identificarse y bajar del automóvil.

Mientras interrogaban a los escoltas, fue que decidí bajar del auto con la finalidad de preguntar por qué nos habían detenido.

Los policías estatales comenzaron a hacer una revisión porque ‘habían recibido un presunto reporte’ del C4, observé que los policías estatales pusieron de espaldas a uno de los escoltas contra el automóvil, para comenzar a realizar una revisión corporal, luego le solicitaron poner su arma de cargo (pistola) en la cajuela y procedieron a tomarle una foto, bajo el argumento de tener ‘registro’ de la misma.

Mientras esto ocurría, otro escolta era interrogado, solicitaban su credencial de elector y permiso de portación de armas, a su vez una policía tomaba fotografía del registro o número de serie del automóvil.

Sin explicar los policías si corroboraban que el automóvil fuera robado, o el número de serie del auto estuviera alterado, o no fuera la identidad de los escoltas, ni el registro de las armas, volví a preguntar la razón de la detención, diciéndome que estaban en espera de ella.

Otro de los policías que se trasladaba en motocicleta me intimidaba y pretendía obligarme a no grabar el momento de la revisión, lo cual era mi derecho no solo como ciudadano, sino como periodista a reportar el hecho. El policía me presionaba para que dejara de grabar, argumentando que yo estaba interfiriendo en su trabajo; hacia donde yo me movía él se desplazaba, por lo que le inquirí en varias ocasiones que no se me acercara, según consta en el video que presento como evidencia.

Finalmente se acercó quien se identificó como el Comandante Christian René Leos Velásquez, para indicarme que el ‘operativo’ era por mi seguridad y que me podía retirar.

Hoy sé que no fue fortuito el operativo, Christian René Leos Velásquez tiene escasos 8 o 9 meses en la policía estatal, su regreso a las filas fue por instrucciones del gobernador Martín Orozco Sandoval, previamente había fungido como escolta de la esposa del gobernador, después lo envió a la policía ministerial como Coordinador de Comandantes, donde controlaba todo, pero ojo, Christian René había estado recluido en un penal federal de Veracruz, luego de su detención en el año 2011 por estar señalado de vínculos con el cártel de ‘La Oficina’.

A ese grupo se le acusa de la ejecución del sub comandante Jesús Camilo Reyes Gutiérrez.

Martín acuso recibo, y confirmo, teñiste al estado de sangre.

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