El batman mexicano y alcohólico que combatía al crimen
El argumento de la historia está repleto de guiños a la saga original de Batman
RFInforma / Ciudad de México / martes 08 de marzo del 2022.
Redacción.-
Con el reciente estreno mundial de The Batman, la nueva entrega del Hombre-murciélago protagonizada por Robert Pattinson, la fiebre por el caballero de la noche ha vuelto a hacerse presente entre los fans de todo el mundo.
Por ello han surgido anécdotas, aspectos peculiares y otros datos curiosos del basto universo del personaje surgido en los cómics. Tal es el caso de las películas no oficiales que se han realizado en homenaje y parodia del emblemático Bruce Wayne o Bruno Díaz, como se le conoce en las versiones latinoamericanas al personaje.
Entre los “archivos secretos” del multiverso Batman figura una película mexicana que fue una sátira en tono de comedia “picante”, tan popular en la década de los 70 y 80 en nuestro país. Se trata de La verdadera historia de Barman y Droguin, un filme de bajo presupuesto que constituye un material de culto para los fans del murciélago humano.

La película es protagonizada por el comunicador Víctor Trujillo, mejor conocido en los medios de comunicación como “Brozo, el payaso tenebroso”. Y aunque ahora aboca su carrera en su labor de analista noticioso -con la cual se muestra como un opositor de la llamada Cuarta Transformación, encabezada por el presidente AMLO- su faceta como actor lo llevó en los años 90 a protagonizar una peculiar película de las llamadas “serie B”.
La verdadera historia de Barman y Droguin, en clara alusión a Batman y Robin, no tuvo distribución en las salas de cines comerciales, en una época en que el país aún contaba con cadenas de exhibición cinematográfica más clásicas, pues aún no se popularizaban los grandes complejos como los conocemos ahora.
La película fue lanzada en 1991 únicamente en formato casero, por lo que sus casetes Betamax y VHS se convirtieron rápidamente en un raro objeto que al paso de los años ya se ha consolidado como un artículo de colección y de culto.

Se dice que también fue posible encontrar posteriormente la película en formato DVD, en locales especializados y hasta en los tianguis de intercambio cultural como El Chopo, o el Bazar de Pericoapa.
Realizada por Producciones Viejo S.A. y Estrella Films, y escrita por Valentín Trujillo, esta parodia además presentó a otro actor cómico mexicano: Ausencio Cruz, en el papel de “Droguin”. Y es que el personaje de “Barman” ya había tenido sus apariciones en el programa cómico La caravana, donde el superhéroe alado apareció por primera vez intercalando sus participaciones con las de personales como “Margarito”, “Estetoscopio Merina Chaire”, “El charro amarillo”, “La beba Galván” y “Brozo”.
El argumento de la historia está repleto de guiños a la saga original de Batman, pues Bruno, el alcohólico propietario de un bar llamado “La baticueva”, intenta frenar la delincuencia junto con su joven amigo, un inventor con problemas de adicciones y económicos. Ambos están obsesionados con las enseñanzas de “El ejecutor”, el personaje de una de las películas de Valentín Trujillo, quien también aparece en la película.
Situada en la Ciudad de México, la historia narra cómo dos compadres se vuelven defensores contra el crimen de una manera accidental. Para ello se alían con “Don Pingüi”, en alusión al Pingüino de Batman, dueño de un lote de autos chatarra de donde surge el ‘’Baticuda’’, en referencia al modelo Barracuda, muy popular en aquellos años.
El recién conformado ‘Dúo Dinamigo’ crea sus artefactos con residuos y chatarra, los “batichochos de gas lacrimógeno” y los “Tacuches”, una especie de trajes antibalas que fueron hechos con chalecos que eran propiedad de unos policías.
Además, los efectos especiales enmarcados por los “pum, chum, pas” de la clásica serie televisiva de los 60 también estuvieron presente en la versión cómica mexicana. Y aunque la película surgió en medio de la efervescencia del Batman de Tim Burton, el público mexicano pudo encontrar una dosis de comedia local con la cual identificarse más plenamente.